Después de firmar el Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y Japón hace poco más de medio año en Tokio, el pasado viernes 1 de febrero entró finalmente en vigor. Este acuerdo, basado en la supresión de aranceles y en la apertura de mercados a las economías de ambas zonas, se estima que esté implementado en su totalidad en 2035.
Siendo hasta ahora poco más de 50 las empresas españolas representadas en Japón (según ICEX), las primeras valoraciones apuntan a que las exportaciones globales tendrán un crecimiento de un 33% en un periodo de quince años. Además, este acuerdo se estima que afectará a casi un tercio del PIB mundial, tocando de forma directa a 600 millones de individuos.
Actualidad
A día de hoy, el arancel medio aplicado en Japón es uno de los más bajos del mundo, pero debe especificarse que hay una diferencia de extremos entre el arancel aplicado a ciertos sectores. Por ejemplo, los productos agrícolas están sujetos a aranceles mucho más altos que el resto de bienes.
Con la aplicación del Acuerdo de Libre Comercio, la eliminación del arancel ha sido inmediata en algunos productos (como es el caso de vino, plásticos, cosméticos, ropa, automóviles o maquinaria industrial), pero en otros -como el cuero o el calzado- se irá aplicando de forma progresiva en un plazo máximo de 10 años.
A parte de los aranceles sigue vigente el impuesto sobre el consumo, que es recaudado sobre todos los artículos que se venden en Japón. Las previsiones estiman que en octubre de este año el impuesto aumente del 8% al 10%.
Las importaciones
Como norma general, todas las importaciones deben ir acompañadas de la factura comercial, la packing list, el original firmado del conocimiento de embarque y el certificado de origen entre otras.
Además, hay algunos productos que requieren licencias o autorizaciones, ya que están sujetos a regulaciones especiales o tratados internacionales, como es el caso de los materiales peligrosos, animales, etc.
Una de las mayores fronteras de la importación son los productos como la carne, las frutas y hortalizas frescas. Japón no reconoce a la Unión Europea como mercado único para estos bienes, así que su introducción se regula a través de protocolos bilaterales, siendo este un proceso lento y costoso en muchas ocasiones. Algunos aditivos alimenticios están totalmente prohibidos en Japón, y asimismo cualquier alimento procesado que los contenga independientemente de estar avalados por el Comité de Expertos de FAO/OMS.
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Tipos de Homologación
Las homologaciones son útiles para garantizar niveles de calidad y/o poder importar el producto a Japón.
- Homologaciones voluntarias: Se utilizan para acreditar y certificar todos los productos industriales (Japan Industrial Standards) y bebidas, alimentos procesados, productos agropecuarios, productos forestales, aceites, grasas o productos de pesca (Japan Agricultural Standards). Son de gran utilidad ya que ayudan a dotar de credibilidad y calidad a los productos cuando se presentan delante de clientes o consumidores.
- Homologaciones Obligatorias: Estas, a diferencia de las anteriores, son de obligado cumplimiento. Establecen requisitos sobre la seguridad, calidad, funcionamiento, etc.
Si quieres aprovechar esta oportunidad para expandir tu negocio, debes tener en cuenta características y diferencias entre ambas culturas.
- El idioma: Aunque pueda parecer una frontera inquebrantable, la mayoría de japoneses tiene un buen nivel de inglés, así que usualmente será este el vehículo de comunicación.
- La cultura: En Japón destacan por tener mucha paciencia y cuidar sus modales. Ten en cuenta estos dos puntos al llevar a cabo una reunión con ellos, pues no suelen tomar decisiones importantes rápidamente, sino que tomarán su tiempo para meditar la respuesta.
- La importancia de las relaciones interpersonales: No dedicar suficiente tiempo a cultivar una relación es usualmente interpretado como escaso interés y poca cortesía. La confianza de los japoneses reside en la relación establecida más que en el contrato firmado. Es esencial planificar la relación empresarial y el compromiso a largo plazo.
- Puntualidad y perfección: La puntualidad es muy importante en la cultura japonesa, se considera una falta de respeto llegar tarde a cualquier cita. Asimismo, cuando se presenta una idea o proyecto, esta debe estar bien elaborada y contemplados todos sus puntos.
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